martes, 24 de mayo de 2011

El Viaje de mi vida. Etapa 5






Si, ya sé que no soy constante, que si empiezo algo normalmente no lo acabo y con esto del remember de mi Camino de Santiago particular, casi hago lo mismo. Casi pero no... Todos sabemos que los grandes artistas, escritores, músicos, pintores y demás bohemios-y-soñadores funcionan por inspiración, ganas o no tener nada mejor que hacer, y ahí justamente es donde yo me incluyo,
Releyendo mi PDA (papel de apuntar) del viaje, mirando las fotillos y los vídeos de la etapa, y sobretodo la escasez de los mismos, me ha recordado lo "jodidamente" mal que lo pasé ese día, y como los remedios que tomé el día anterior para solucionar los problemas tanto físicos como mecánicos no sirvieron absolutamente para nada...bueno sí, para empobrecerme un poco más y a su vez enriquecer al pueblo que me hospedó por unas horas...si me llego a quedar un día más creo que fundo un partido político y gano las siguientes elecciones...PGF...Partido de la Gente Fenomenal
Pues bien, la noche fue normalita...mejor de lo esperado, sobretodo teniendo en cuenta que dormí con una inestabilidad gastroinstetinal considerable, la cual llamaba más la atención debido a que mi separación del resto de mortales era tan solo por la fina tela de un saco de dormir de verano.
Al amanecer primer problema, meter el saco en la funda...algo que había conseguido a la primera, esta vez me costó dios y ayuda. Un montañero avizado y tecnosexual, dejó su iphone a un lado y me ayudó a meterlo (el saco en la funda), no pude evitar preguntarle por el iphone, a lo que el muchacho, como si fuera un padre presumiendo de su hijo futbolista, se le hincha el pecho y me comenta que con ese aparato una tormenta no le sorprende, no se pierde y lo mismo hasta liga más...mientras yo, pisaba las hojas arrancadas de la guia campsa y las metía disimuladamente debajo de la cama.
Hablando de todo un poco con este muchacho, digo que vengo desde Móstoles, y otro montañero me comenta que también viene de Madrid. Curioso, es el tipejo que iba firmando delante de mi en todos los albergues por los que he dormido. Charlamos un rato, y veo que lo mío tiene solución todavía, lo de otros es ya para mandarles a la tundra siberiana. El tio tenia pensado seguir por el Camino Frances hasta Leon para luego desviarse hacer no sé que camino, que atraviesa los Picos de Europa y luego gira otra vez para ir por el Camino Primitivo hasta Santiago...vamos que al muchacho le quedaba aun un mes de caminata...por ir solo y meditando me dice...a lo que pensé para mis adentros " te vas a cagar, no voy a parar de hablarte hasta que termines el desayuno, vas a aborrecer con razón al ser humano"...unos kilometros más tarde me lo volví a cruzar y por supuesto que me paré y retomé la conversación a medias del albergue.
Era tarde, entorno a las 9 de la mañana. Los peregrinos de a pie han marchado hace bastante, soy el único en ir en bici y me lo tomo con tranquilidad porque algo me dice que el día va a ser largo y duro. Desayuno en el salón comunal. La brasileña ha sido sustituida pora una argentina igual de sugerente, así que la doy un poco de palique (algo que a los argentinos no es muy difícil) pero sé que sin mi gomina no soy nadie, así que cuando se da la vuelta hago acopio de bollitos "gratuitos" me los guardo en los bolsillos y salgo a afrontar un nuevo día.
La cosa no pinta muy bien. Los remedios tomados el día anterior han hecho poco efecto. La pasta que eché al transportin no ha servido de nada. Algo que por otro lado es lógico, al habeer hecho la pasta sin agua. Así que tuve que tirar de mis escasos conocimientos de Física-aprobada-por-hacer-la-pelota-a-la-profe de 2º de BUP, y con los pulpos me pongo a hacer nudos, apaños y vericuetos para darle el mayor agarre. Solución, tirar de carretera para llegar lo antes posible a Leon.
Por otro lado, el masaje que me hizo en la espalda mister Pardeza me sirvió tan solo para ser consciente de que tengo espalda, y la forma que tiene ella de recordármelo es a través del dolor.
Todo ello unido a que cada vez que me llevaba un bocado a la boca, mi estomago y aledaños me decían que sin fortasec no había nada que hacer. Pero fortasec no teníamos en el botiquín. Mal asunto.
No me quedaba otra que continuar y observar la Cordillera Cantábrica a mi derecha y a mi izquierda los Montes de Leon. Montañas imponentes, nevadas y con ciertos aires místicos y misteriosos, reflejos de un pasado no muy lejano, en el que el hombre las miraba con temor y curiosidad por ser lugares aun por descubrir... lo que hace estar solo y enfermo.
Continuo mi camino por carreteras locales y pistas asfaltadas, llegando al pueblo de Mansilla de Mulas. El transportin tiene los minutos contados, y mientras compro una manzana en una tiendecilla atiborrada de peregrinos, me pongo a charlar con unos tíos muy majos. Son unos vascos que han semisecuestrado a un coreano. El pobre de Kim dice que "si" a todo lo que Patxi y Andoni proponen...a gritos. Resulta que estos dos vascos se dedican a la siderurgia, y al ver la carnicería que tengo montada en el transportin, bueno más bien chatarrería, se les da la vuelta a la piel, les salen pústulas de la cara, ampollas en los pies, callos en las manos...vamos que se indignan con el control de calidad de los fabricantes, las soluciones de tres al cuarto y en por qué no echaron en el petate un soldador para haberme solucionado el tema...porque con dos puntitas de aluminio eso me llegaba a Santiago, tocaba en la catedral y me tiraba pa´Bilbao con el Compostela subido a las alforjas. Yo mientras me comía mi manzana ojiplático ante la situación. Por cierto, a uno de los vascos le habían robado la cartera y tenía que llegar por la tarde a Leon, antes de que cerraran las Cajas, para hacerse una tarjeta nueva. Eran las 12 del mediodía y estábamos a unos 30kms de la ciudad. No dudaba de que llegarían.
Continué mi camino aun pensando en la situación que había vivido. Dos vacos siderúrgicos haciendo el camino con un coreano, profesor de universidad de su país.
Increiblemente no rompí el transportin hasta mi llegada a León. Llegada eterna, subida de un kilómetro, polígono industrial, autovía, callejuelas, baches, y a cada golpe con el asfalto la sensación de que se me iba a desparramar todo el equipaje. Necesitaba localizar urgentemente una farmacia, una tienda de bicis y el albergue.
Las nubes se cerraban amenazantes sobre la ciudad, y bueno, se puso a llover estando en la ciudad, como también se me rompió la chatarra...vivir para ver. La farmacéutica muy amablemente me explicó como tomar mis pastillitas para no volver al baño en la vida, y a su vez donde encontrar una tienda de bicis. Y en dicha tienda me metí, con todo el equipo, empapado por la tormenta primaveral, y con un pastor aleman oliéndome la entrepierna....lo que me faltaba, que me mordieran la pichurrina.
Estaban cerrando, pero saqué mi desparpajo habitual y conseguí, ya no que me arreglaran la bici, si no que además me habilitaron una zona para poder cambiarme de ropa y así ir andando tranquilamente al albergue. Que simpático es este chaval, parece mentira que sea de Madrid, me comenta el dueño. Simpático sí, hasta que volví para pagar y recoger la bici...100€!!!!
Antes de esto último, salí andando en busca del albergue. Con una tranquilidad enorme al saber que lo del transporte hasta Santiago estaba solucionado, ahora lo siguiente era lo de la tripita. Eso fue otro cantar, porque cuando pensaba que la cosa iba a peor, no se me ocurre meterme entre pecho y espalda un menú del día leones. Es decir, que me dejé una pasta y la comida no salió del restaurante.
Llegada al albergue agonizando y pensando como coño iría dentro de unas horas a la otra punta de la ciudad a por una bici. Ni p.... gana.
Entro en mi habitación y veo que está ocupada por dos personas. Veo sus apaños y enseres y me supongo que serán dos tios. Me duermo. Oigo ruido. Alguien entra en la habitación. Disimuladamente abro un ojo. Descaradamente abro los dos. Porque dos son las mujerones que han entrado, brasileñas para ser más exactos. Y una tiene aquarius en una mano y bolsa de la farmacia en otra. Tiene cagalera como yo. La vida no puede ser más romántica. Le echo cara a la cosa y las doy la espalda. Ya si eso en otro momento de la tarde las digo algo. Ese momento llega al darme cuenta que me he dormido con 3/4 de cuerpo fuera del saco...duermo en calzoncillos... Asi que ya que las he mostrado mi exterior, las muestro mi interior...charlamos y quedamos en hacer la compra para la cena...arroz blanco, jamon york....Asi que, una hora después, Felipe está en un Mercadona con dos brasileñas comprando algo para cenar. Casi se me olvida la bici en el taller. Salgo a toda leche a por ella. Vuelvo al albergue y oigo gritos en la habitación de al lado....KIM KIM KIM NOS VAMOS A CENAR...ÑAM ÑAM...pobre Kim, que no entienda el español no significa que esté sordo. Saludo a mis colegas vascos. Nos alegramos por haber solucionado cada uno nuestras cosas. Y ceno con mis amigas-por-un-dia brasileñas. Unas cuantas risas, algo de complicidad, conversaciones acabadas a los 30 minutos...a dormir y....a escuchar como roncan. Solo espero que no se les escape nada por abajo....:)
En un día como este de das cuenta la de vueltas, giros y cambios de sentido que puede dar la vida, tanto para bien como para mal. Me recordó a esas etapas alpinas del giro o del tour, donde el que desfallece luego se recupera y el que va muy bien al final la acaba pagando. No te puedes confiar ni tampoco dar por vencido. Tan solo tirar hacia delante, agarrar con fuerza el manillar, subir piñon si la cuesta es dura, y dar las pedaladas justas si es cuesta abajo.
Sahagun-Leon. 55kms. El único día en el que pensé en que cuanto más me acercaba más me alejaba de mi destino.