domingo, 4 de diciembre de 2011

Y si rodeamos Gredos???

Finales de Agosto, llamo a mi querido Txurren Norren (el absurdo de desafio absurdo) y le comento lo siguiente: "oye txurren, te importan si posponemos o cambiamos la subida al Veleta para otro momento, me acabo de hacer la ruta del Cares y estoy reventado". A lo que me responde: "no te preocupes tititronqui, miro otra opción para nuestro desafío absurdo sobre ruedas"... Transcurren no más de 12 horas y me llama todo ilusionado: "...oye tio, y si rodeamos Gredos???".
Dos días depués, estábamos en casa toda la tropa santiaguera preparando el viaje, climatología, logística e indumentaria. La verdad es que me veía flojo para una nueva empresa absurda y encima de varios días, hasta que abro un paquete de mi coleguita y veo una camiseta personalizada. Desafio Absurdo 2011, y nuestras siluetas surcando el monte bien a pata, bien a pedaladas. Ni L-carnitina, ni barritas isostar, ni los cocidos de Lozoya, esto si que es el verdadero power para afrontar la vida, la fuerza que te dan los amigos y la gente que te aprecia.
Un minivistazo a la meteorología y poca cosa que reseñar, a finales de agosto tranquilidad en las isobaras, quizás un día con algún amago de tormenta y poco más... A preparar las alforjas y el material necesario para tres días de pedaladas, que no de pedales alcohólicos...lo que ha cambiado la vida.
Martes, 30 de Agosto. Por mucho que queramos quedar pronto, madrugar, adelantarnos al tiempo y quedar antes de las 8 de la mañana, porque ello implica levantarte a las 6. Y esta es una hora intempestiva en jornadas laborales imaginaros en jornadas estivales. Asi que nada, con la primera luz del alba nos vemos en Villafontana, cargando bártulos rumbo al valle del Tietar. 
Y a eso de las 11 llegamos al pequeño pueblo de Guisando. Menos mal que Txurren no me hizo caso, porque yo me empeñaba en comenzar en Arenas, 500 metros de altura, encontrándose Guisando a casi 800 metros de altura. Yo y mis manías de subir y subir puertos..."Filete empezamos en Guisando y déjate de tontás". Y menos mal, porque vaya carreterilla pestosilla que hay entre los dos pueblos. Curva tras curva nos acercábamos al pueblo, balcón de la cima de Los Galayos, famosa entre los montañeros de la meseta. Ahí estaban sus casitas blancas como macetas colocadas en el balcón de la Sierra de Gredos. Un lugar perfecto para comenzar y acabar dentro de 3 días, esperemos...
El pueblo se moviliza, se corre la voz...dos forasteros han aparcado un monovolumen y sacan muchos bártulos a la calle, tienen pinta de ser de la capital, de tener mucho tiempo libre, y de que si les mandan no lo hacen. Montamos todos los cachibaches, y en ello nos va una hora aproximadamente. Sensaciones parecidas a mis caminos de Santiago, colocar bien las cosas dentro de la alforja, repartir pesos entre ambas, pulpos y más pulpos, y no olvidar nada en el coche, y sobretodo no olvidar cerrar el coche, y recordar tras 5kms de ruta cuesta arriba que efectivamente no lo has cerrado... la tara es la tara amigos. Volvemos para regocijo de la "mujer del visillo", chapamos y a pedalear bajo el sol de Agosto.


Ante nosotros incertidumbre a la hora de afrontar la jornada, ritmo turístico, fotos a la entrada de cada pueblo, disfrutando del calor de finales de Agosto y bien pegaditos al arcen de la carretera. En estas fechas, todos los pueblos estan en fiestas y la gente va de un lado a otro a tomarse una cañita. Y nosotros no íbamos a ser menos, Candeleda en fiestas pues cañita y tapita en la plaza del pueblo, junto a una mesa llena de guiris (qué coño haran aquí 20 tías pecosas, rojas como un tomate y generosas en carnes)..typical spanish.
Nos cuesta arrancar pero como estamos en el valle del Tietar dirección vegas del Tajo, la carretera siempre tienda hacia abajo y nos hace confiarnos, que fuertes estamos diosssss...hasta que llega un primer repecho a las 2 de la tarde y sudamos la gota gorda, estamos en Cáceres, La Vera y en su segundo pueblo, Villanueva de la Vera decidimos comer, bocata de boquerones en vinagre típico de Extremadura, a la sombra de un eucalipto típico también de Extremadura. Delante nuestra pasa el tonto del pueblo, el borrachin del pueblo, el guarda forestal que cuida más del barril de mahou que de las especies cinegéticas y un tara-mochilero, los hay en peor situación que nosotros.
Continuamos pedaleando en las mejores horas del día y haciendo la digestión. Estos pueblos de la Vera son una auténtica sorpresa para nuestros ojos, desde fuera parecen los típicos pueblos extremeños y por dentro parecen que se han escapado de "los pilares de la tierra", muy medievales, frescos y llenos de agua. Superamos la principal subida de la jornada, Losar de la Vera, 6kms al 5% a las 6 de la tarde y con la paliza que llevamos de carretera. Así que tiramos de apuntes y observamos que el camping más cercano es el de Yuste, para allá que vamos!!! Superamos varios repechos en Jarandilla y Aldeanueva y bajamos directos a Cuacos de Yuste, en una estampa preciosa, bajada de 3 kms y atrás dejamos Aldeanueva, sus barrancos y gargantas y de telón de fondo la Sierra de Gredos Extremeña. 80kms de cicloturismo del bueno, montaje en tiempo record de tienda de campaña, para ser mi primera vez lo he dirigido y coordinado todo muy bien ;) y bañito en la piscina del camping. Esto si que es vida.
Nos preparamos una buena cena a base de latas de conservas, patatas, frutos secos, chorizo de Salamanca,  mortadela de Móstoles, queso de cabra y todo ello regado en un buen calimocho con vino de la tierra, Cumbres de Gredos, no podia ser menos. Meadita mirando las estrellas y reflexión típica del pedillo calimochero: "que pequeños somos en la inmensidad del universo"..parece que la luna la está tapando unas nubecillas... a dormir que mañana toca etapa de montaña con la subida de Piornal y Tornavacas...que felices somos.

Lo bueno de acostarse reventado y semipedo es que no te enteras de nada, aunque duermas junto al aberroncho, en el colchon latex locuacos y bajo una finísima lluvia. Bah, será el rocío mañanero. Llamada a Olga, mírate el meteored anda, ajam...ujum...que llueve a partir de las 10, son las 9...salgo del baño, 9:30 y está lloviendo, estos de internet no se enteran. Y que va a estar así toda la mañana. Ayer con crema solar, hoy con chubasquero...los desafíos absurdos son así.


Arrancamos cuesta arriba, subiendo al monasterio de Yuste, en una carretera que no tiene nada que ver con las de ayer. De hecho, nada va a tener que ver con lo de ayer. Subida bonita entre robles, melojos y chaparros, carretera estrecha sin tráfico pero con mosquitos, muuuuchos mosquitos. Miramos a la izquierda y...cementerio aleman, aquí hay que parar y leer esto. Todos los alemanes que murieron en la primera y segunda guerra mundial en España o cerca de España están enterrados aquí, tontea.



Coronamos la primera subida de la jornada, corta pero agarrándose bien, 2 kms al 6% con rampas del 9%. Malditos campos magnéticos de Perico Delgado, y malditos mosquitos, maldita humedad, y maldito calor corporal, me quito el chubasquero o no, enga me lo quito, cuesta abajo ahora me congelo, pues me paro otra vez y me lo pongo, que cachondeo...
Tras varios kilómetros de falso llano observamos abajo, bien encajonado el precioso pueblo de Garganta la Olla, lugar de inicio de la subida a Piornal, suponemos que se subirá algo desde allí porque nosotros lo único que vemos o más bien no vemos, es nubes, niebla, agua y frío, bueno eso lo sentimos más que verlo. Desde aquí arriba tenemos una panorámica espectacular, a la derecha montaña, nube e incertidumbre, abajo Garganta la Olla y siguiendo el valle, Jaraiz de la Vera y las nubes tocando con sus dedos mojados la tierra que desciende poco a poco al valle del Tajo. Vamos que nos mojamos!!!!

Este pueblo es el más recomendable de todos los atravesados en nuestro viaje, por ahora. Tiene un encanto especial, calles estrechísimas, medieval, rodeado de naturaleza y sin perder ni un ápice su encanto ni su historia que tiene que ser mucha e interesantísima. Pero esto se lo dejaremos para el historiador Auñon y para cuando vengamos en coche. Paseamos por sus calles pero no por gusto, si no buscando la carretera que nos lleve a Piornal, y también por qué no decirlo porque no sabemos qué hacer, llueve, nos va a llover más, estamos a tomar por culo de todo y si nos mandan no vamos.
Comienza la subida y prefiero omitir que la subida consta de 17kms al 4%, es decir, es flojilla pero con el tiempo que hace, la angustia que llevamos, la caladura de huesos, y el pensar que luego hay que bajarlos bien mojaditos... Pues eso, que animo a Luis como me animo a mi mismo. Y es que aquí prevalece más la fuerza mental que la fuerza física. Curva tras curva el cielo se cierra más, preferimos los claros a las zonas boscosas, aquí los goterones son mayores y me sigo preguntando si estamos en verano o en otoño. Aquí recuerdo mis frikadas climatológicas y le digo a Luis que esta zona de España, junto a las sierras gaditanas son las más húmedas de España, a la vista está. Y compitiendo con la humedad de esta zona está mi fundita del manillar que ya está haciendo charcho y debajo está el movil, la cartera y la cámara de fotos...madre mia, la que se puede liar...y se lió. Una hora y pico de subida, y aquí estamos en plena cima, en mitad de un páramo, en el culo del mundo, a la una del mediodía y con un paisano en furgoneta que se ha parado para hacernos la foto retiniana, es decir, hacer un poco de viejo del visillo, cotillear para luego reirse pero bien de nosotros. Aunque lo que más me jode es que no haya cartel de puerto, cojones.


Ahora viene lo peor, bajar. Y es que perfectamente estaremos a 10º, con todo bien mojadito hasta la puntita del glande me atrevería a decir, y con la situación en un punto de no retorno y de no avance. Que dios nos pille confesados y que Piornal no nos pille muy lejos.
Y no pillaba lejos, allá que nos lanzamos y vimos las casas como un oasis, la luz al final del tunel, los brazos de una madre protegiendo a un hijo que se le había extraviado en un centro comercial. Pero claro, las casas son de sus dueños y poco cobijo nos van a dar y menos con estas pintas. Así que tiramos de casa consistorial, la casa del pueblo, la casa de la democracia y el buen hacer. Un soportal en el ayuntamiento, un poco de geta, preguntar a la secretaria, bajar el alcalde y prestarnos el baño consistorial para cambiarnos la ropa mojada por otra menos mojada. E internet diciéndonos que nubes y claros con posiblidad de algun chubasco débil. Cuando llegue a Fuenla me quito de este engañabobos.
Despues de secarnos y leer el programa de fiestas del pueblo, nos armamos de valor y continuamos nuestra bajada por carretera en obras, mojada, con algo de barro y con unas vistas espectaculares del Valle del Jerte, desperezándose de una mañana de lluvias y nubes bajas. Ahí aparecen sus pueblecitos blancos escalonados en posiciones casi imposibles y con carreteras que desafían toda lógica. Una pequeña Alpujarra en Extremadura. Es inevitable parar para hacer fotos y soplarnos las puntas de los dedos, rojos por el frío y morados de apretar los frenos. Esquivamos varios coches y adelantamos un camión en una chicanne improvisada, pasamos a toda pastilla por Valdastillas y nos tumbamos en las últimas curvas de herradura impregnadas del olor tan mediterráneo a higueras y huertos...Txurren por aquí la subida es más dura...si Felipe si...no, lo digo por si lo hacemos otra vez pero al revés....si Felipe si.

Y aquí nos encontramos, en pleno cruce de la Ex-203 con la N-110, con el culo al aire y volviendo a cambiarnos de ropa. Parece esto la gala de Nochevieja presentada por la Obregón. Son las 4 de la tarde, no hemos comido a penas, llevamos un día de perros pero tenemos un buen rollo y unas ganas de reir enormes, por algo tan sencillo y simple como el sol, aparece tímidamente sobre nosotros pero con pintas de quedarse un buen rato. Ante nosotros la segunda subida del día, 15 kms al 5% desde Jerte, que está a 600 metros de altura y nosotros ahora mismo nos encontramos sobre los 400 metros, es decir que aunque no sea puerto los próximos 10kms van a ir picando pa´rriba...y nosotros sin picar nada.
Carretera peligrosa esta N-110 pero muy bonita, encajonada en el valle del Jerte no puedes evitar mirar a ambos lados, maravillarte de esta zona verde y húmeda en mitad del desierto del Agosto ibérico...y tampoco puedo evitar mirar al fondo y ver el final del puerto. La frontera entre las fértiles vegas extremeñas y los áridos páramos avulenses. El objetivo está en dormir en el Barco de Avila, pero pilla lejos, tan lejos que cuando le preguntamos a los viejos de Cabezuela del Valle nos dicen que está a la misma distancia que Plasencia...si si, nada de kilómetros, solo comparaciones...así que tiramos de cartografía mental y calculamos que serán como unos 25kms, 15 cuesta arriba y 10kms cuesta abajo.
15kms igual de eternos que los de Piornal, pero en este caso eternos por divisar contínuamente las antenas que señalan el fin de puerto, verlas siempre a la misma distancia, curva tras curva, recta tras recta. Dolores de cuello, pompis, piernas, mirar el bidón, mirar nuestras piernas curtidas, mirar atrás, buscar referencias, desear una curva que haga que cambie nuestro campo visual. Un hotel...nos paramos aquí Luis y ya mañana si eso ya...nada nada pa´rriba...esto es increible, Txurren azuzándome en un puerto...y tanto que me azuzó que me descolgó y todo...El Señor del Mazo es de Tornavacas y me ha saludado por estas curvas.


7 de la tarde y coronamos!!!! Parada obligatoria en el mirador del Jerte, viento y silencio...abajo vemos y escuchamos los sonidos de los pueblos, ladridos de perros, motores de tractores rezagados, uno de los atardeceres más bonitos que he presenciado. Pero no hay tiempo para melancolías y romanticismos, toca 10kms a plato grande y piñón pequeño, nos espera el Barco de Avila, su hostalito de turno con su duchita y su cena copiosa que nos la hemos ganado. Y por supueto, secar los móviles que llevamos incomunicados todo el día y no es plan de tener a la familia en vilo.

50km/h semillaneando y con dos primeras y un tercera en el body. Atravesamos Puerto Castilla a la misma velocidad que una Citroen C-15, tenemos al fondo el Barco de Avila y su castillo iluminados por un rayo de sol like an artist in the middle of del escenario...

 Pffffffffffffffffffffffffffffff.....pero Txurren que ha sido eso...madre mia que reventon de rueda. Herida de clavo de 15cm que atraviesa cubierta, cámara y abolla llanta de aluminio Mavic 303...y si te descuidas te hace un segundo orificio de salida en el body. Lo que nos faltaba por hoy. Y cambiar una cámara pinchada jode, pero jode aún más cuando tienes que quitar transportin, alforjas, desempulpar, empulpar...tiempo record en el cambio de rueda aunque Vettel ya está celebrando su segundo mundial consecutivo. Arrancamos de nuevo y tira pa´lante que no sé lo que te hago. Que ganas de coger la cama, coger un filetón, coger una cerveza, coger un constipado... Han sido 90kms con dos primeras y un tercera, ya está bien.
Llegamos al Barco de Avila, pueblo con su aquel, con su castillo, con su río, con su puente medieval, con sus callejuelas, sus niños jugando en la plaza del pueblo, su rasca típica de estas tierras, su hostal y su hotel. Ambos al mismo precio....50 pavazos!!! Tiramos de hostal, no sé por qué, por el cansancio, por la imposibilidad de pensar más allá en una ducha reconfortante, una reparación de tecnología mojada y en una buena carnaza acompañada de una cerveza bien fría.
Carne comimos pero toda ella metida en una croqueta tamaño pelota de rugby. Que manera de engullir como si no hubiera un mañana, y así nos fue...o al menos me fue. Que pasé una noche totalmente inesperada. Dormimos cuasimejor en el saco de dormir al raso que rodeados de todas las comodidades, vivir para ver.
Quizás pasamos así la noche, aparte de por la ingesta ingente de alimentos, por pensar y vislumbrar que el día de mañana tendríamos otra jornada desapacible y no apetece nada coger una bici lloviendo... Pobres ciclistas profesionales, nos metimos en su piel por unas horas y nos dimos cuenta que ese trabajo lo haces porque lo amas, ni por dinero, ni fama, si no por amor. Nosotros queremos la bici pero más queremos nuestra salud, así que desayuno rápido y a intentar ganar a las nubes y esquivar las previsiones meteorológicas, que en su total exactitud comunican que se producirán chubascos dispersos e intermitentes por toda la zona...tocate los cojones manolete.
9:30 de la mañana, 10º que no subirán mucho más en toda la jornada, y nos dirigimos a la Av-941, carretera local que transcurrirá paralela al río Tormes hasta casi su nacimiento. Es decir, apenas nos encontramos sobre los 1000 metros sobre el nivel del mar y acabaremos en torno a los 1500 metros en los próximos 30 kms. Y luego la cosa seguirá de una manera que no esperaremos para nada. En todo caso, nos tenemos que hacer otros 90 kilometrazos que los tendremos que añadir a los que llevamos ya en nuestras alforjas. Pues eso, que amamos este deporte y no nos amamos nada a nosotros mismos.
El día nos deja una estampa preciosa, dejando atrás el Barco de Avila, al fondo vemos la sierra de Bejar, cubiertas por nubes amenazadoras que no sabemos si nos seguirán o se quedarán allí quietecitas. A nuestra izquierda los páramos abulenses y el final de la Sierra de Piedrahita, entre esta y la de Gredos iremos ascendiendo poco a poco en dirección a Hoyos del Espino y los pueblos del valle del Tormes.
A nuestra velocidad de crucero que hace que calcule un tiempo estimado de 8 horas en terminar la etapa de hoy, disfrutamos de la bella estampa que nos deja las estribaciones de Gredos, montañas arañadas por nubes cargadas de agua, rayos de sol que las agujerean indicándolas quien manda aquí y sonriendo a la suerte porque creo que hoy no nos mojamos, al menos por este lado de la sierra.
No me canso de hacer fotos y de animar a Luis, el crack hizo ayer un etapón y tiró de mi al final de la jornada, ahora me toca hacer lo mismo. Y no puedo evitar el volver a pensar en los ciclistas, en esos gregarios que tiran de su lider o de un compañero que ha caído. Viva el compañerismo y la amistad!!!!
Con estos pensamientos tan trascendentales se me abre el apetito, Navalperal de Tormes lo tenemos al fondo y tiene nombre de pueblo con tienda de comestibles. Allá que nos lanzamos en una  pequeña cuesta abajo que luego tendremos que volver a recuperar...
Comestibles tenía la tienda, pan y poco más, estantes vacíos y ni unas míseras patatas fritas. El chaval, cuando le pedimos patatas, casi nos dá un saco de 5 kilos, así que nada, salimos con un poco de paté, algún sobao made in casa y a recuperar el desnivel perdido, y también dinero perdido en ese pueblo. Rampita del 15% y volvemos a la general (que gran palabra típica de las zonas rurales para referirse a la unica carretera de la zona). Nos faltan salvar todavía unos 200 metros de desnivel y llegaremos al punto más alto de la etapa y de la ruta...o al menos eso creemos.
Coronamos y tiramos de las típicas escusas para coger algo de resuello, ajustar las calas, estirar las piernas y el pompis o tomar alguna estampa de la subida, suave, irregular pero que agarra como la que más. Al fondo tenemos el pueblo del circo de Gredos, Hoyos del Espino y cada vez vemos mejor la cosa porque suponemos que ahora será todo cuesta abajo hasta el inicio del puerto del Pico, pero no...
Bajamos si, pero poco. Volvemos a subir por las calles de Hoyo, dejarlo atrás y comenzar un terreno pestosillo, con el viento en contra y siempre subiendo. Llegamos a Barajas, pueblo con nombre de aviones pero que destaca por su iglesia-frontón y por llevar en los maleteros en vez de un gato para los pinchazos a un perro para los reventones, suponemos...
Navarredonda de Gredos, Parador Nacional, casi 1600 metros de altura y bajamos ahora, paralelos al lecho del Alberche hasta Venta Rasquilla, suponemos que hará honor su nombre o al frío o porque allí encontramos al rascador profesional de la ONCE. El tío creo que sigue rascando y ya ha hecho una mina a cielo abierto, por lo menos
A orillas del Alberche nos comemos un buen plato de migas y observamos el Puerto del Pico al fondo. Son unos 130 metros de desnivel en 4 kilómetros, osease que poca cosa pero el viento nos va a dar de lo lindo, las migas pesan como losas, las nubes nos la van a liar y estamos hasta las narices. Menos mal que todo es bajada luego...
Coronamos, no sin dificultad el Pico, esta vez pegándome bien a la rueda de Txurren, y es que las fuerzas se van pasando de un lado al otro como si fuera una balanza. Y arriba disfrutamos de una bellísima estampa. La carretera serpentea juguetona durante una decena de kilómetros hasta llegar a Arenas de San Pedro. Carretera que es una burda imitación de lo que ya inventaron los romanos hace unos cuantos milenios por aquí. Si es que nos quejamos de los chinos, pero nosotros somos igual.
La bajada es corta y apenas divertida. El viento nos impide coger velocidad, infla nuestros chubasqueros como paracaidas y nos desviamos enseguida hacia la derecha por una pista forestal que transcurre siguiendo la orografía de este valle profundo y atacado por incendios estivales que le han hecho perder parte de la belleza que tenía, pero la naturaleza es sabia y fuerte, y de arboles caidos salen nuevos brotes que esperemos disfruten nuestros hijos.
Hijos...hijo de p... el que hizo esta carretera!!! jajajajaja..eso y un "amos no me jodas" de Txurren demuestra que las bajadas no han acabado. Buscando por un falso llano la continuación de la carretera, y siempre mirando hacia a la izquierda (bajada de la montaña) giramos un momento nuestra cabeza hacia la derecha y vemos, bien arriba, unos quitamiedos que nos indican como luces de neon que la cosa no acaba aquí. Nos volvemos a poner el gorro porque la lluvia vuelve, apretamos bien los dientes, tiramos de las reservas que nos han dado el acopio de moras que hemos hecho antes, escalamos durante 5kms al 6% con rampas superiores al 10%, miramos las ruedas pensando que hemos pinchado porque más pegados y atrancados no podemos ir. Y bueno, sin comerlo ni beberlo parece que hemos coronado, no queremos bajar la guardia pero la cosa ya no puede ir a peor. Pero eso lo llevamos diciendo desde el 2008, y la cosa va a peor, asi que....
Coronamos el Arenal, bajamos por una carretera estrecha, sinuosa, llena de curvas de herradura, disfrutamos con cada frenada y rezamos que no venga ningún coche de frente. Llegamos al Arenal, precioso pueblo avulense que tiene pinta de no ser muy conocido y lo dejamos atrás tan pronto como llegamos. Y para variar lo dejamos cuesta arriba, por otra pista asfaltada, sorteamos a los paisanos que salen a la carretera a andar, con sus paraguas, sus faldas hasta las espinillas y sus monos azules. Llenamos nuestros pulmones de ese olor mezcla de ozono, higueras, pinos y zarzamoras. El final está cerca, la victoria es nuestra y lo hemos conseguido. No pensábamos que fuéramos a conseguirlo ayer en Piornal, aún menos en Tornavacas, ni de coña cuando nos atravesó aquel clavo, ni cuando esta mañana teníamos el cielo encapotado y el viento nos daba pero de lo lindo en el Puerto del Pico. Pero si, aquí estamos de nuevo en Guisando, no se ha movido de su sitio, el coche sigue igual y sin ninguna receta en el limpiaparabrisas, la mujer del visillo estará viendo la telenovela y nosotros levantamos los brazos atravesando la meta, la pancarta de Puerto Especial o la llegada a los Campos Eliseos. El ciclismo es así y somos hombres, con lo cual nos recreamos con facilidad. No queremos desprendernos ni del niño que llevamos dentro ni del espíritu de exploradores y aventureros que todos tenemos dentros y que no dejamos que aflore todo lo que debiera.
Gracias Txurren por estos tres días y por llevar a cabo lo que más me gusta, descubrir el mundo y la naturaleza sobre las dos ruedas. Espero que en este 2012 nos sigamos retroalimentando ;)


Gran Vuelta a Gredos. 260kms. 8 puertos de montaña. 12000 metros de desnivel acumulado

¡¡¡DESAFÍO ABSURDO CONSEGUIDO!!!!!

Gracias a Santi, Auñón, Arantxa, Alba, Abril, mi familia en general, a ti en particular y a todos en general por darle mayor valor a estas gestas absurdas, por admirar y disfrutar a su vez de lo que nosotros amamos y vivimos tan inténsamente, y que sin ello y sin vosotros la vida sería tan oscura y triste como la cima del Piornal.

Aquí os dejo el enlace la ruta: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2398276

jueves, 27 de octubre de 2011

Carrascoy no....mañaaaaana








Asi de original soy para comentar la subida o más bien escalada al muro murciano del Carrascoy. Riosa tiene su Angliru, Cangas tiene sus Lagos de Covadonga, Castalla tiene su Xorret de Cati y Librilla tiene su Carrascoy. La única diferencia entre estos pueblos es que todos ellos han formado parte de la historia reciente de la Vuelta menos el último. Y creo que seguirá así durante mucho tiempo.
Y mira que soy un apasionado de la bici, de los puertos imposibles, de las jornadas de montaña eternas, de desniveles acumulados que ni el mismísimo Calleja en los Himalayas podría afrontar. Pero este lugar de España, este trocito de Murcia no puede recibir a un centenar de ciclistas, porque una vez llegado aquí solo pueden hacer una cosa, colgar la bici y buscar al Olano de turno que haya diseñado la etapa y darle para el pelo.
Vale vale, ni he subido el Angliru, ni Peña Cabarga, ni Ancares o el Zoncolan, y son sobre el papel igual o mucho más duros...pero sobre el papel...
Y lo dejo en suspense, porque recuerdo la noche anterior a afrontar esta subida, en Torrevieja, oteando la zona con ese ojo que todo lo ve, mi querido Google Earth, y por otro lado con la página de APM, altimetrias de puertos de montaña, estudiando, memorizando cada uno de los kilómetros de la subida, con sus porcentajes medios, pendientes máximas y demás... Y no corto con ello, me permito abrirme otra página más de dicha web y estudio a su vez el Collado Bermejo, primera en toda regla para subirlo después de coronar el Carrascoy...maldito Google Earth, desniveles.com y quefuertemeencuentroenelsofa.es
Amanece en Torrevieja y después de rodar el dia anterior durante 50 kms y haber subido el Veleta hace 20 días, me veo con fuerzas de escalar una montañita de 1000 metros. La etapa comienza, como siempre, en el coche, conduciendo durante hora y pico hasta llegar a Librilla. Circunvalar Murcia, mirar la guia Campsa más de una vez y preguntar a más de un paisano de la zona por la subida agota más que un kilómetro al 10%, y es justamente eso lo que me encuentro nada más comenzar... Carretera local que la paso varias veces con el coche buscando el puñetero desvío para subir al puñetero monte, y que con la bici también se me cuela...vamos un desastre de inicio...
Pues eso, que por fin cojo el desvío y es ahí cuando decido no subir después el Collado Bermejo. Menuda recta...un kilómetro al 10% entre nísperos, limoneros, naranjos y conejos que al principio huyen, pero al ver mi velocidad y mi dirección, optan por seguir a lo suyo, mirarme y de paso avisar a algun compañero roedor más, porque será el ultimo hombre que pase por ahí en unos cuantos meses...y más en bicicleta.
Este kilómetro ha sido eterno...a una media de 10 por hora o menos, he tardado pues eso, 10 minutos o más, y creedme, 10 minutos en una recta al 10% sin nada más que hacer que sudar y jadear, en plena festividad de San Juan, a orillas del Mediterráneo provocan sentimientos poco alentadores a uno mismo como por ejemplo...si te mandan no vas...con lo bien que estarías en la playa...en el chiringuito...una cañita...paseo marítimo...Pero en fin, es lo que me gusta y no pienso poner el pie a tierra...por ahora. Ya he pasado el primer kilómetro y dejando atrás el cultivo y un pequeño cortijo la carretera baja un poco su grado de inclinación, adentrándose en una zona boscosa, pinares, chaparros, monte bajo y plantas de la zona me dan algo de sombra, cobijo y despierta mi adormecida pituitaria, permitiéndome echar mano del bidón, mirar el gps, echar un vistazo a la montaña, urgar entre los pinos y matorrales y semidistinguir la carretera, pero no veo nada, solo veo una pared descarnada que cae vertical sobre el asfalto que tengo delante mía...por donde coño subiré.
Pues por ahí...así te respondes tras pasar una semicurva de herradura, llanear ligeramente, girar a la derecha y ver otra auténtica pared. Esta va a ser la tónica de la etapa...y me voy a tener que acostumbrar a ella. Cojo aire, me relajo, miro al suelo y a tirar de riñones. Segundo kilómetro al 12% de media y hay algo que no me cuadra. Porque recuerdo el perfil del puerto, y efectivamente, mostraba que todos los kilómetros no bajaban de ese desnivel pero tampoco marcaba picos superiores a este, y eso es muy raro...tan raro. El gps comienza a mostrarme dígitos que no me molan nada...12, 13, 14% y subiendo. Llego a la misma conclusión de siempre, ni te fíes de Google Earth y ni te fíes de los perfiles que cuelga la gente...vamos, que no te fíes de internet, COÑO!
Pasado este segundo kilómetro, a 400 metros de altura, afronto un tercer kilómetro algo más suave, me relajo un poco pero vamos que sigue la cosa entorno al 10%. Me recreo con el paisaje que dejo de fondo, un valle seco, árido, urbanizaciones por docquier, polígonos industriales, autovías y piscinas privadas, y al fondo otro oasis de naturaleza, testigo lejano de lo que antaño sería esta tierra, la Sierra de Espuña, a donde después querría ir pero que me sería imposible, no por falta de tiempo sino por falta de fuerzas y ganas.
Divagando y parreando llego al 4º kilómetro, el comienzo del verdadero infierno de este puerto...aquí no voy a bajar del 14% de media. Aquí no importa si tienes prisa por terminar, como si necesitas todo el día para afrontar lo que queda, aquí el tiempo se para. Sobre este asfalto resquebrajado y semiderretido solo te centras en dar una pedalada más, y una vez dada intentar dar la siguiente, intentar también no salirte de la carretera, esquivar las zanjas y socavones, que yo creo que están imantadas, ya que acabas comiéndotelos todo. Tu no eres dueño de la bici, ni la bici es tu dueña...aquí manda la carretera, manda el puerto, manda la montaña, manda la tierra...estás a su merced y lo que no entiendes es como demonios sigues subiendo sin haber puesto pie a tierra. Afrontando curvas de herradura imposibles cuesta arriba y más imposible aún cuesta abajo. Si si, ya estoy pensando en bajar esto,porque temo por mi corazán ahora...pero más voy a temer por mis dientes cuando baje esta locura.
5º kilómetro, dos curvas de herradura y entre medias una semirecta con el valle del Sangonera 500 metros más abajo. Estoy a 700 metros y pico de altura y las antenas hace un buen rato que no las veo, cuando las vea las tendré cerca ya que se encuentras a poco más de 1000 metros de altura. Esto, en un puerto normal supondría 4 o 5 kilómetros de subida, aquí son dos y gracias...
Si antes lo digo antes las veo, giro a la derecha y ahí las tengo pero delante mía veo algo que sobre ruedas jamás lo he vivido, una recta de 100 metros o algo más que ridiculiza todo lo subido hasta ahora, pero ya no solo hoy sino en toda mi vida ciclista. El asfalto ha desaparecido, lógico por otra parte, yo si pudiera también habría desaparecido pero ya que estoy tendré que terminar esto. Saco mi cámara de fotos para intentar mortalizar este momento y ya ves que si lo mortalicé...callendo de bruces contra el suelo, con cardenal, tirón y cagada en lo más alto, pero eso sí, la cámara en perfecto estado cual borracho que se cae pero su cubata sigue intacto.
6º kilómetro y el gps dice algo que no ponía en el perfil, el señor 20% ha estado ahí y va seguir durante un buen rato. Subo a pie esta recta y un poco más, porque el aliento no me da para más, porque esto es una locura, porque esto es inhumano y porque no sé como voy a contener la bici cuando baje. Vuelvo a montar cuando parece que la pendiente ha bajado un poco, sé que queda poco porque lo duro del puerto son los 6 primeros kilómetros...el resto está chupado, 2 kilómetros...como veis es una subida muy pero que muy equilibrada...pues nada, que parece que la cosa ya se ha acabado, semicurva de herradura entre dos moles de piedra, parece una meta improvisada, un final del puerto, un tómate un descanso chaval que te lo has ganado...pero no...ahi tengo otra recta que me va a retorcer el riñón izquierdo, y el derecho me lo va a espachurrar con los intestinos, otra recta que me va obligar a mirar al suelo y ver como una hormiga me hace la peineta, otra recta que me va a plantear comprar un piñón más grande cuando llegue a los madriles....otra recta que...ya?...ya está? estoy arriba o casi, si señor, con dos cojones!!! Meto plato, saco un gel para compensar la pérdida de glucosa y a su vez engañar a la cabeza y al cuerpo, cruce a la izquierda, bajadita sospechosa y....20%!!!!! que pared joder, paso de 1000 a 1050 metros de altitud en menos de 300 metros, ya si que no puedo más. El paisaje es una mierda, el ruido de los generadores de dichas antenas no me dejan relajarme, que raro porque en las fotos este sitio no sale, me asomo al otro lado de la caseta y veo otra antena más allá...más alta. Joder Felipe que más dará, has llegado aquí y punto...pues nada, que no que ya que estoy subiré al punto más alto...pues ale, baja lo subido, otro cruce que este si que es el bueno, carretera perfecta, no entiendo nada, sigo bajando, por debajo de los mil metros de altura, cago en todo, y nada a quitar corriendo el plato grande y poner la tonta porque aquí las cosas, como en la vida, te vienen de sopetón, y como tova en las orejas en pleno més de Enero, te llega una recta otra vez por encima de los dos dígitos y despues de casi un kilómetro corono esta vez si, el cerro del Carrascoy.
Aquí arriba, rodeado de antenas no tengo cobertura y no puedo llamar a nadie... Me siento, como, bebo, cojo aire, busco una sombra inexistente, algun sitio donde pasar los próximos 20 minutos y como no es así, decido descansar bajando...error. Si estas cansado, lo peor que puedes hacer es afrontar una bajada peligrosa, que se te salga ligeramente la rueda de alante, que frenes bruscamente, casi te caigas para bajar de la bici, coger la rueda, rozar ligeramente el disco del freno, te quemes y se te quede un trozo de piel pegado...
No es lo único que se me ha quedado pegado en este pedazo de tierra, en este pequeño oasis de naturaleza en mitad del desierto murciano. Un pedacito ciclista se ha quedado ahí arriba. Este puerto es como esos amores de verano, cortos, explosivos, no los vuelves a ver, te marcan y por ello sabes que se quedan con una pequeña parte de ti, y tu te quedas con una pequeña parte de el o de ellos...;)
Continué con mi bajada hasta el coche, aparcado junto al cementerio de Librilla, curioso final y simbólico lugar, miré por última vez a la sierra de Carrascoy, sabiendo perfectamente que nunca la volveré a pisar, pero también sabiendo que cada vez que pase cerca con el coche, no podré evitar mirar hacia allí y recordar lo duro que podemos hacer nuestra existencia en la tierra.
Carrascoy no...ni mañana tampoco.

viernes, 29 de julio de 2011

Cuando te aburres por Benasque

Pues si, te puedes aburrir en Benasque, claro que si, como en cualquier otra parte. Da igual su casco histórico-artístico-románico-medieval, da igual su oferta gastronómica, e incluso da igual el que se encuentre encajonada entre los macizos de Posets, Maladeta y Aneto. Te puedes aburrir...sobretodo si te hospedas en un hotelito rural a 3 kms de la localidad (3 kilómetros cuesta arriba) sin otro medio de locomoción que tu bici de carbono autopropulsada por dos piernas unidas a un cuerpo machacado y éste, atado a una cabeza loca que solo piensa en subir, subir, subir...para luego bajar, bajar y bajar....FREEEEEENA.
Si vas acompañado por dos amigos de la infancia, conocidos como los Suprimos de Móstoles. Unos pesados del trekking extremo, de los marathones inhumanos y de los plátanos de canarias por docquier. No te queda otra que dejarlos atrás, montarte en la bici y explorar. Aunque explorar es más descubrir aquellos sitios donde tu vista no llega, y en este caso donde llega tu vista es donde llegas tu, y ni eso...
Fueron 3 días y dos noches, como esos viajes al Caribe, y gracias.
Viernes, 15:00. Comida ligera, maletas tiradas, ropa por el suelo, maillot, culotte, casco, gafas y crema solar. Subida a la Besurta. Madre mia si es que el hotel está en la misma carretera para subir a dicho puerto, a Cerler y a la madre que nos parió. Pues nada, cámara de fotos y a disfrutar. Subir a este alto, es acercarte a las faldas del Aneto, es adentrarte al corazón del Pirineo, es decir que en dos meses has estado en los dos balcones de la Penínsala Ibérica, Aneto y Veleta, en definitiva es dejarte el cuello de no parar de mirar las cumbres nevadas y las cascadas eternas.
Hablando de la subida, es tranquila en cuanto a pendiente que no en cuanto a tráfico, excesivo, 16kms al 5% y culminando a 1900 metros, siempre paralela al curso del rio Esera y dejando atrás el espectacular embalse del Paso Nuevo, y más abajo, los que denominan como los camping más peligrosos de Europa. Debido a que se encuentran en el mismo cauce del río, y con las tormentas de verano no te digo ná...por cierto, estamos a 29 de Julio. La mitad de dicha subida se hace por la A139, carreterilla ancha pero de asfalto rugoso y bacheado, con dos o tres tuneles sin iluminar, que en la bajada nos provocó un pequeño salto al vacío. La otra mitad de la subida se hace por una carretera estrecha pero perfecta en cuanto a su asfalto, y es aquí donde el puerto te hace evadirte y verte reflejado en esas estampas míticas de Tour o Giro, entre montañas afiladas, nevadas y desafiantes, entre praderas eternamente verdes, espolvoreados por el agua difuminada que salen de las decenas de cascadas, con los buitres y quebrantahuesos peinandote el cogote y sonriendo a ver a las curiosas y temerosas marmotas. Una gozada de subida, con un coeficiente de dificultad medio tirando a bajo y un final sabroso y agradecido, la falda del Aneto. Bajada rápida, peligrosa con el tráfico y a descansar que mañana toca el Valle de Estos, mientras los Suprimos suben al Besurta por caminos. A mi amigo Santi o le hago un monumento o lo encierro, que lo de este chico no es normal.
Sabado, 14:00. Después que los Suprimos la hayan liado como unas 10 veces, y tras haberles fotografiado corriendo su maratón...a cola de pelotón, cargo la mochila con bocata made in hotel-sablada-y ya lo puedes disfrutar y tiro para el Valle de Estos. Casualmente también el hotel es el inicio de la subida, maldita palabra, asi que nada, del asfalto pasamos al camino de tierra y a veces hormigonado. Camino difícil de localizar porque desaparece en una maraña de arbustos y rocas y claro, cómo vas a suponer que en menos de un kilómetros salves casi 200 metros de desnivel, pues si...lo hace, y todo ello por un camino hormigonado, que gracias a dios que está hecho de este material, porque si no me habría sido imposible subirlo en la bici...cago en todo, lo podían haber dejado de tierra y listo. El primer tramo es espectacular, imposible, extenuante e irritante, entre roca viva y embalse muerto, oscuro, vacío...no puedo observarlo, tan solo puedo mirar la rueda delantera, controlar que no se levante, que no me desvíe un ápice de la trazada, evitar la más mínima piedra que me llevará al suelo, fijo. Pasada esta pared, el valle se abre, bueno aquí si que es valle, lo de antes era cañon o precipicio. El camino se ensancha, es una pista de tierra entre abetos, con el contínuo rumor del río Estós a izquierda de derecha, y siempre viendo al fondo el macizo de Posets y la Maladeta. Cierro los ojos y es como si estuviera en plena Canadá, a mi izquierda el oso Grizzlie y a mi derecha un reno, abro los ojos y a mi izquierda un guiri gordo y a mi derecha un español con un niño a cada mano...estamos en Julio.
Son 6 kms de subida al 9% de desnivel con rampas al 20%, una auténtica burrada. Yo lo finalicé a unos 1750 metros de altura, pero el camino seguía para arriba pero ya en modo sendero, ciclable pero se me hacía tarde y las nubes se cerraban sobre mi cabezota. Y claro, en esos momentos te venían a la cabeza las palabras de la dueña del hotel..."camping peligrosos...tormentas...crecidas de los ríos"...ale, hasta luego. Eran las 18:00 de la tarde, yo entre abetos y ríos, Santi entre ríos y abetos y Toni entre abetos, ríos y esguinces, tres mostoleños bien repartidios por el valle de Benasque dando tara para dar y tomar. Bajada extrema, divertida y con olor disco quemado. Ducha y a recoger a dos maratonianos con ganas de cenar, contar su aventura de 6 horas y con ganas de dormir. Mañana  desayuno y carretera.
Domingo, 9:00. Santi se quiere subir el Cerler..."pero tío que antes de ayer te subiste un puerto, ayer te hiciste un maraton de montaña y hoy te quieres subir otro puertazo!!!"..." Filete, hay tiempo y además, cuando volveremos?"...y el muy cabrón tenía razón excepto en lo del tiempo. Otra vez el hotel nos pilla en el comienzo de la subida, creo que cuando lo construyeron pensaron en nosotros. Ale, 12kms al 6% y 1912 metros de altura. Visto así no parece muy duro pero es que este puerto engaña en cuanto a su cifra, ya que  se divide en tres tramos. 4kms entorno al 8% con rampas superiores al 10%, un km de descanso, otro tramo de 3kms entorno al 9% y picos del 13%, descanso y ya un tramo final de 3kms entorno al 6%.Subida sinuosa que nos lleva a unos de los pueblos más altos de España, con curvas de herradura que nos obligarán a frenar para no comernos a los coches, y curvas que nos van ofreciendo distintas perspectivas del Valle de Benasque allí abajo, de la sierra de Chía allá al fondo, de la Maladeta despejada y ya al final, entre pastizales amarillentos el pico Gallinero y circo de Ampriu. Subimos en una hora, bajamos en 20 minutos, nos duchamos en 5 minutos, llegamos a recepcion con la llave a un minuto de pagar un día más (se nota la cercanía a Cataluña), y la liamos durante media hora buscando las llaves del coche, que las tenía en mi bolsillo.
En resumen, 74kms, 3500 metros de desnivel positivo. 3 subidas totalmente diferentes las unas de las otras, pero todas ellas con un denominado comun, la espectacularidad y la mejor compañía del mundo. El sentirte afortunado por quien te acompaña en estas aventuras y el emocionarte por algo tan simple como hacer cumbre, respirar hondo, llenarte los pulmones y la vista, y bajar que no llegamos al hotel.

http://es.wikiloc.com/wikiloc/spatialArtifacts.do?event=setCurrentSpatialArtifact&id=1903087








Gracias a los Suprimos de Mostoles (Toni y Santi) y no pareis de correr nunca.