lunes, 18 de abril de 2011

El viaje de mi vida. Etapa 1






Hoy justamente hace un año que comencé un viaje incierto, con un destino claro pero que no lo tenía tanto su finalización. A estas horas despertaba de una siesta más que reconfortante en un hostal de Guadarrama...paseando por sus calles...conociendo al cura de la iglesia para que me sellara el "pasaporte" y tomando un cafe en compañia de mi buen amigo Auñon y su novia Barbara.
Jamás pensé que pasara del amor al odio por la bicicleta en unas horas, pero así fue. Creo que ha sido el día más duro de mi vida sobre una bici. A los nervios por comenzar un viaje tan largo y sorpresivo, le tenía que añadir la clandestinidad del mismo...bueno clandestinidad tan solo con mi madre, que la pobre se pensaba que iba acompañado, y bueno, el intentar que todo saliera lo mejor posible, sin caidas, sin averias gordas, con el mejor tiempo posible...en fin un monton de cosas que se te pasan por la cabeza.
A tiempo pasado, recuerdo que fue el peor día de todos, pero claro, si empiezas con lluvias torrenciales, barro hasta las orejas, problemas con el equipaje, en tan solo 30kms...pues era como para darse la vuelta. Y creedme, se hace duro porque si miraba al frente lo único que veía eran nubarrones negros y si miraba atrás veía sol, cielo, nubes claritas y mi querido Móstoles. Tenía la sensación de que fuera donde fuese el nubarrón lo llevaría encima...ay si me oyeran los murcianos, me ponían un apartamento en la Manga del Mar Menor.
Empecé el viajecito un domingo y mi intención era dormir en Segovia. En mi pda particular (papel de apuntar) tenía todos los teléfonos de los albergues a partir de Segovia, porque antes no hay ni uno, y en ese caso hostales y pensiones...vamos por todo lo alto. Pero claro, todo a partir de Segovia, porque cómo no me iba a hacer 120kms con 3 puertos de por medio en un día, saliendo a las 10 de la mañana, con 10kg de equipaje y con más nervios que en el día de mi primera comunión... Pues eso, que nada más llevar unos 10kms los primeros problemas, junto a un campo de golf de Villaviciosa de odon.El transportin se iba para todos los lados, es decir hacia lo contrario que lo de su especie...quedarse quieto. Y yo con los pulpos intentando agarrarlo...un mecánico ávido llevaría toda clase de herramientas de última generación...yo pulpos, bridas y una navaja...
La cosa estaba complicada pero ya a partir del km 30, y llevando 3 horas de ruta, es decir a una media de 10 por hora (lo nunca visto) comienza la primera subida gorda. Esta vez acompañado de una pareja muy maja que se quedaron un poco boquiabiertos al conocer mi historia...pero no por esa gran gesta heróica que estaba haciendo, sino más bien por la tara que llevaba colgando que no era poca. Pues fue subir esa primera "tachuela" y empezar a llover...tranquilidad que llevo chubasquero para mí y para las alforjas. 5 minutos después estaba en un marquesina empapado hasta los calzoncillos que estaban resguardados en tres bolsas de plástico, y viendo como pasaba la pareja feliz..."buen viaje!" me gritan, y yo no sé si mandarles a tomar por culo, darles las gracias o preguntar cuando pasa la blasa que va a Mostoles.
Hago lo que mucha gente hace cuando ve llover guarecido donde no es su casa, ni su portal ni na de na...sacar el brazo, arrimar la oreja y decirse a si mismo "parece que flojea", sales de tu refugio convencido que en 5 minutos ha parado y tan ricky martin...5 minutos despues estaba debajo de una encina, mojandome el doble...porque claro no es lo mismo la protección de un arbol que la de una marquesina.
La situacion es insostenible con lo cual decido algo todavía mejor, para mojarme quieto me mojo en movimiento, asi que arranco y se produce el colofon final...perderme. Pero cómo puedo perderme por estos caminos que justo hacía una semana los había explorado para quedarme con la copla...pues eso. Creo que di vueltas en círculo durante unos kilometros, ya cuando vi el cartel de una sinagoga o secta o yo que coño sé, en mitad de una dehesa en Colmenarejo, decidí volver sobre mis pasos. Menos mal que vi a un chaval con la misma tara que yo o incluso más...que con la que estaba callendo no se le ocurre otra que salir a correr, me indicó más o menos bien, y proseguí mi camino. Por supuesto, ni le pregunté como llegar a Santiago, ni a Segovia...ya habia decidido dormir en Cercedilla, así que se lo pregunté de una manera muy simple..."para ir para allá?"..."sigue por ahí todo recto y cuesta abajo". Me convenció lo de cuesta abajo. Cuesta abajo mola, pero si llueve a cantaros no tanto...eso no era un camino, era el descenso del Porma en los Picos de Europa.
Al finalizar la bajada, y cagandome en todo lo habido y por haber, empezando en mi mismo, of course, se habrió otro hilo de esperanza...un puente. Fue guarecerme de la lluvia y ver como salía el sol...estuve por hacer el amago "seguro que saco una patita, se cierra el cielo y llueve" pero no tenté. Fueron unos minutos de reflexión, de estudiar la situacion, de relajarme y por supuesto de secarme enterito. Me desnudo que por aqui no va a pasar nadie...y con todo colgando...TACHAN...un chaval con una canoa en la cabeza. Frenazo y cruce de miradas. Pero como dos buenos taras sin novias, porque todo hay que decirlo, si tienes novia ni haces el camino de santiago solo y ni te vas un dia de lluvia, con tu canoa, al pantano de Valmayor. Y más como me dijo el chaval, que yo me he mojado por arriba, pero el por arriba y por abajo,vamos que era la mortadela de un sandwich. Muy majete, se ofreció a llevarme de vuelta a casa, y la tentación era grande pero gracias a ese sol que no se escondió, me lié la manta a la cabeza o más bien la toalla, enganché las calas a los pedales y continué, dandole las gracias y animado por sus palabras. Que importante es el sol, ahi me di cuenta lo mal que lo pasa a veces mi amiga Arantxa, allá en el norte.
Eran las 4 de la tarde y tal y como pintaba la cosa acorté la etapa aun más si cabe. Decidí finalizar en Guadarrama, en un hostal que ya nos hospedó a mi buen amigo Auñón y a mí en otra aventurilla loca por esas tierras.
Entrando al hostal era imposible evitar las miradas de los allí presentes. No tenía ganas de hablar, asi que solo pedi una habitación, pregunté donde poner la bici y si había misa por la tarde. Todo ok y la misa como siempre a las 7. Allí me dirigí despues de una siesta con algo de fiebre, andando por las calles de este pueblo serrano me planteaba muchas cosas, y más cuando entré en la iglesia, que no me casaría en la vida. Porque mientras esperaba al párroco para que me sellara el "pasaporte", estuve con una pareja que se iba a casar y estaban haciendo los cursos prematrimoniales...en fin, así es España.
Despues me visitó el gran Auñon y la gran Barbara, un café, unos cuantos bollos y otro para el día siguiente (gracias Barbara). Una despedida en plan, nos veremos dentro de una semana y directo a la habitación.
Es curioso, me encanta la soledad, pero en esos momentos me doy cuenta lo dependiente que soy de la gente, de mis amigos y mis familiares. Y solo llevaba 62kms y 24 horas de ruta...